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La ganadería Devesa Langueirón SL, situada en el ayuntamiento coruñés de Ponteceso, es una de las referencia en Galicia tanto por su tamaño como por su continua apuesta por reducir costes y mejorar la rentabilidad.
Hoy cuenta con un total de 450 vacas mayores de 24 meses y ordeñan unas 390 vacas al día, con un total de cabezas de ganado, incluyendo las novillas, que se aproxima a las 800.
Detrás de esta explotación de referencia están tres hermanos: Xusto, Antonio y Miguel, que en 1979 inician el actividad ganadera a nivel profesional con 40 vacas en pastoreo. “Los comienzos no fueron fáciles porque ni contábamos con electricidad ni con agua corriente, y teníamos que utilizar la segadora cómo generador para el sistema de ordeño”, asegura Xusto Sánchez. La iniciativa fue financiada por la antigua Agencia de Desarrollo Ganadero con un préstamo de 4 millones de pesetas a devolver en 12 años y con un 7% de interés, una presión, que según Xusto, “condicionó nuestra visión como ganaderos, haciendo que analizáramos la rentabilidad de cada inversión antes de realizarla”.
En las siguientes décadas continuaron acometiendo ampliaciones de las instalaciones hasta llegar a la última, realizada en el año 2012, y consistente en la pavimentación del patio y de parte de los silos, así como en la mejora del entorno.
Alimentación y genética
La producción media por vaca en Devesa Langueirón está en unos 11.500 litros por lactancia normalizada y cerca de 38 litros por vaca y día en dos ordeños. Las calidades rondan el 3,50 de grasa y el 3,20 de proteína. Esta ganadería destaca también por contar desde 1998 con una sala de ordeño rotatoria de 32 plazas, la primera instalada en Galicia. Xusto Sánchez asegura estar satisfecho con esta innovación y valora especialmente “la calidad de trabajo, el poder ordeñar a la velocidad que quieras y que si una vaca es dura de ordeño no entorpece el trabajo”.
La ración diaria para las vacas en lactancia se compone de 8,5 kilos de pienso, 8 kilos de silo de hierba, 34 de silo de maíz y 8 de bagazo de cerveza, “un producto muy digestible que le damos en fresco a las vacas y que nos permite reducir la compra de soja y de colza, abaratando también el coste de la ración, que se sitúa en un promedio de 4,20 euros por vaca en lactancia y día”, asegura Xusto.
En cuanto a la genética, como principal criterio para la selección de los toros emplean el de mérito neto, primando especialmente la salud de las ubres y de patas. “Reconozco que gastamos poco dinero en genética y mucho más en prevención y en bienestar animal, como podología, baños de patas, camas de arena…etc”, reconoce.
Otro de los aspectos a los que prestan especial atención en esta ganadería es la eliminación a tiempo de vacas improductiva, así como a la detección de celos, para lo que utilizan medidores de actividad. Consideran que la recogida y análisis de datos es fundamental para la buena gestión de la explotación. En este sentido, Justo Sánchez echa en falta ?un programa de gestión que integre los datos económicos, reproductivos, de Control Lechero o de sanidad, que actualmente se recogen por separado con su respectiva aplicación?.
Recría y trabajos agrícolas externalizados
Precisamente, el análisis objetivo de los datos económicos los llevó a descartar tanto la adquisición de maquinaria propia para realizar los trabajos agrícolas como la recría en la propia explotación.
“Alquilamos desde hace más de 20 años los trabajos agrarios a una empresa de servicios, y eso no da mucha mayor flexibilidad y reduce nuestros gastos y amortizaciones”, explica este ganadero. De este modo, esta explotación de casi 400 vacas en ordeño sólo posee un carro mezclador autopropulsado y otro arrastrado, una pala telescópica y otra para arrimarle la comida al ganado.
El cálculo de los costes también llevó a Devesa Langueirón SL a externalizar la recría, en este caso en el Rancho Las Nieves, en Zaragoza. Las principales ventajas que le encuentran son “las garantías sanitarias, ya que siguen unos protocolos muy rigurosos; que logramos partos a los 23 meses y que el nivel de profesionalidad es muy alto”. Las becerras son enviadas al centro de recría con entre 15 y 20 días y vuelven con 22 meses ya preñadas, con un coste total desde que nacen hasta que paren de alrededor de 2.000 euros.
Base territorial
En cuanto a la base territorial, cultivan unas 190 hectáreas, de las que la mitad son en propiedad, pero que sin embargo están repartidas en más de 400 fincas. Siembran unas 150 hectáreas de maíz forrajero, que rotan con praderas temporales y permanentes que renuevan cada 4 años. Para la hierba utilizan una mezcla polifita de Fertiprado con raigrás, veza y tréboles, con fin de aumentar los ácidos grasos Omega 3 en la leche.
“Cultivamos 190 hectáreas repartidas en más de 400 fincas”
La falta de base territorial para producir forrajes propios y de calidad y reducir los costes de alimentación es también una problemática para Devesa Langueirón. “Nosotros ahora como explotación estamos haciendo la ampliación de la base territorial en terrenos de monte, porque nen los valles ya es muy difícil. Desde el año 2008 nuestra estrategia fue a aumentar la base territorial, aprovechando los buenos precios de la leche que había entonces, e incluso llegamos a poner anuncios en prensa”, explica Xusto Sánchez.
Devesa Langueirón se encuentra en un valle y rodeada de maizales
En este sentido, este ganadero echa de menos que “ningún partido político lleve en su programa electoral para las elecciones gallegas una reforma agraria para ordenar el territorio, incrementar la superficie media de las parcelas agrarias y aumentar la base territorial de las explotaciones agroganaderas”.
El criterio que utilizan en Devesa Langueirón a la hora de comprar o alquilar fincas son la calidad del suelo, su dimensión, y en último lugar la distancia, ya que al trabajar con una empresa de servicios agrarios, las parcelas pueden estar hasta a 15 kilómetros de distancia o a más.
“Estamos cobrando ahora a un promedio de 25 céntimos el litro, por debajo de los costes de producción”
Por lo demás, esta ganadería vende desde hace cuatro años su leche al Grupo Leche Río, en concreto a Leyma, que lo comercializa como Leyma Natura Omega 3. En cuanto al precio, el promedio que les pagó el empresario lucense en lo que va de año es de 0,25 euros por litro, con unas calidades medias de 3,40 de grasa y 3,16 de proteína. “Es un precio que no cubre nuestros costes efectivos de producción, que están en 0,28 euros por litro, y en el mes de julio nos bajó a 0,23 céntimos”, se queja Xusto Sánchez, una situación que reconoce que tiene difícil solución a corto plazo debido a la falta de ofertas de recogida por parte de otras industrias. “Lo que nos salva en este momento es que esta crisis de precios no nos cogió con préstamos importantes ya que las grandes inversiones ya los hicimos hace años y las tenemos amortizadas”, subraya.
“El problema es que no hay una estrategia para el sector lácteo”
En este contexto individual, Xusto Sánchez califica la situación actual del sector lácteo europeo como “de confusión general: de los ganaderos, de las organizaciones agrarias y del mercado”. “Estamos esperando a que el barco se estabilice con medidas como este programa europeo de ayudas a la reducción de la producción, pero el problema que tenemos es que no hay un rumbo marcado sobre cómo van a ser las explotaciones y las industrias dentro de diez o de veinte años y ni siquiera las predicciones que se pueden hacer tienen un fundamento sólido”, concluye.
