David Arnoso: un ganadero de leche que supo sacar el máximo provecho de la montaña

David Arnoso es un joven ganadero que tiene su explotación de vacuno de leche en San Sadurniño, en plena sierra de Forgoselo. Supo adaptar su ganadería a su entorno para producir a bajo coste optimizando el pastoreo.

David Arnoso: un ganadero de leche que supo sacar el máximo provecho de la montaña

David Arnoso en su ganadería, en la Serra do Forgoselo

David Arnoso Gómez es un ganadero de 38 años que vive en el pequeño lugar de Racamonde, en plena sierra del Forgoselo, en el ayuntamiento coruñés de San Sadurniño.

Las condiciones de partida de este lugar (terreno montañoso, batido por el viento, con suelos pobres y sin poder cultivar maíz forrajero) no son las mejores para una explotación de vacuno de leche. Pero David supo en estos años adaptar su explotación a las potencialidades de su entorno, de forma que no sólo logró producir leche a bajo coste, aprovechando al máximo la hierba y el pasto, sino también con una calidad diferenciada.

En el año 2001 tomó el relevo en la explotación de su madre y de sus abuelos, una opción de vida que eligió por voluntad propia “porque siempre me gustaron las vacas desde pequeño, y los animales en general”.

Partía de una pequeña ganadería con 14 vacas en ordeño, estabuladas la mayor parte del tiempo y con un sistema de alimentación con hierba verde en pesebre, pienso y hierba seca. “Era un sistema -explica- en el había mucho gasto de gasoil y de horas de tractor para ir todos los días buscar la hierba verde a los prados, que a veces estaban a varios kilómetros”. La recría también la compraban fuera.

“Mis vacas dan entre 25 y 28 litros, pero es una producción que creo deja más rendimiento”

A lo largo de estos años David fue ampliando tanto la cabaña ganadera como la superficie y hoy cuenta con 38 vacas, de las que 25 están en ordeño, y el resto son secas y recría, y trabaja 45 hectáreas de base territorial, la mayoría fincas cedidas. También comenzó a criar las novillas en la propia explotación, en vez de comprarlas.

Pero sin duda el principal cambio que introdujo fue que las propias vacas se encargaran de cortar la hierba verde, un sistema de alimentación que combina con silo de hierba y algo de pienso, el único alimento que se compra en esta explotación. “No hago hierba seca, no porque no les guste a las vacas, sino porque tengo alergia y a quien no me gusta es a mí”, bromea.

Así, la vida de las vacas en esta ganadería transcurre la mayor parte del tiempo pastando en las 25 hectáreas de praderas que hay alrededor de la explotación, con una rotación entre fincas cuidando de que “ni coman demasiado el pasto, porque en este caso tardaría más en renovar y el terreno quedaría más compactado, ni tampoco que la hierba sea demasiado alta y no la aprovechen”. “Vamos rotando el pastoreo de las fincas siguiendo un orden y el criterio es ver el estado de la finca en la que están y como está la siguiente que les toca”, explica. El clima de la zona, con abundante humedad durante todo el año, hace posible que la disponibilidad de pasto sea casi permanente.

“En ningún caso sobrepaso los 200 gramos de pienso por litro de leche”

En primavera también parcela las praderas con pastor eléctrico, para que las vacas aprovechen mejor el pasto, y ensila aquellas parcelas que no se dan pacido.

Las vacas en lactación están en el pasto durante el día todo el año, excepto cuando hace mucho viento o lluvia, en que permanecen estabuladas. En verano, cuando baja el rendimiento de las praderas, reciben un suplemento de silo de hierba por la noche en el establo, donde están resguardadas debido al temor a ataques del lobo. El pienso lo tienen muy racionado, sin sobrepasar en ningún caso los 200 gramos por litro de leche.

Las secas permanecen en el prado día y noche desde marzo a octubre, con silo de hierba a discreción y 15 días antes del parto comienzan a recibir una ración de pienso que aumenta de forma progresiva. “Desde que hacemos así no hubo ningún caso de torsión de estómago”, destaca David. En cuanto a las novillas, están en una pradera próxima al estabalo, donde duermen en cama caliente.

“Hace dos años llegué a cobrar la leche a 18 céntimos y no habría aguantado si no fuera por el pastoreo”

David Arnoso asegura que “con la combinación de silo y pasto las vacas van muy bien, incluso mejor que cuándo estaban estabuladas y se alimentaban con hierba verde cortada”. “Hay menos problemas de todo tipo cuando están en el prado”, subraya.

Es evidente que los rendimientos no son los de una explotación en intensivo. “Mis vacas dan entre 25 y 28 litros, dependiendo de época del año, pero es una producción que creo deja más rendimiento”, y con unas calidades de 3,80 de grasa y 3,30 de proteína.

La leche se la vende la Lactalis en este momento, después de pasar por una difícil situación en el 2015 cuando llegó a tener que vender la leche a 18 céntimos, “calidades e Iva incluidos”. “No habría aguantado si no tuviera este sistema de producir a bajo coste con pastoreo”, reconoce David.

“Busco una vaca que sea buena de patas, no muy grande y pacedora”

A pesar del cambio a pastoreo, el rebaño de Holstein que heredó David Arnoso se adaptó bien al pastoreo, aunque en los últimos años ha realizado algún cruce con Jersey, sobre todo para subir el promedio de calidades en el tanque.

El tipo de vaca que busca “es un animal que sea duro de patas, porque tiene que andar por caminos y fincas, que sea una vaca ancha pero no muy grande, y que sea pacedora, algo que ya vas viendo en las madres, y son de esas vacas de las que recrío”.

Al apretar menos las vacas su longevidad también se incrementó notablemente, con un promedio de alrededor de 6 partos, “pero con algunas vacas de 10 años y 8 partos que siguen produciendo”, presume.

La menor tasa de reposición, hace que tenga mucha menos necesidad de recría y que pueda inseminar más con razas de carne en las vacas menos rentables. Es decir, más beneficio.

Cuidado de las praderas y ensilado de la hierba

En cuanto a las praderas, realiza un encalado todos los años para mejorar el rendimiento. Debido a la poca profundidad del terreno -la roca flora en algunas praderas- sólo pueden realizar siembra directa. Planta raigrás inglés, aunque la realidad es que sus praderas son naturales.

En las fincas que están más alejadas hace silo de hierba en rollos, alrededor de 300, que incluso llega a vender. “Yo hago el corte y el rollo se lo encargo a una empresa, porque el tractor tiene que tener potencia para que la hierba quede bien compactada. Luego le pago a un tráiler para que me los traiga hasta el establo y aquí los encinto con mi tractor y los guardo todos juntos en un patio, evitando así desplazamientos y las pérdidas que suele haber al dejarlos en las fincas”, asegura este ganadero.

As vacas pasan todo o día no prado.

Futuro: cama caliente y paso a ecológico

Cuando se le pregunta a David si prevé aumentar la producción en el futuro su respuesta es clara: “Incorporaré más vacas, hasta un máximo de 40 en ordeño, pero siempre y cuando tenga fincas de pasto cerca”. “Prefiero invertir dinero en ampliar la base territorial para abaratar los costes que en meterme en un establo grande que tendría que pagar toda la vida”, añade.

Otros proyectos que ha previsto es empezar a trabajar con un programa de gestión para mejorar su eficiencia y pasar de los cubículos a un sistema de cama caliente.

“He solicitado un plan de mejora para cubrir una parte de la nave, la que está más ventilada, y poner allí la cama caliente para las vacas”, asegura. Este sistema, con una importante implantación en algunos países, consiste en una capa de entre 30 y 45 centímetros de serrín, que con las bostas de las vacas va fermentando hasta crear un compost orgánico. “Es importante que esté en zona ventilada y removerlo con el tractor dos veces al día”, explica. ¿Y que ventajas le ve? “Pues los animales ganan en comodidad, se abaratan costes y me da menos trabajo”, asegura.

El otro salto que prevé dar es que su ganadería pase a estar certificada en ecológico. “Actualmente estoy en período de conversión y el 1 de junio de 2018 podría empezar a vender leche certificada por el Craega”, explica.

En su caso fue un proceso lógico, “pues la mayoría de las exigencias ya las estaba cumpliendo, al cobrar las ayudas agroambientales que, entre otros requerimientos, nos exigen hacer pastoreo y no emplear fitosanitarios”.

 

Una idea sobre “David Arnoso: un ganadero de leche que supo sacar el máximo provecho de la montaña

  1. Ronald Rivera

    Saludos,

    ¿Cómo puedo sacar provecho económico de una vaca lechera que tengo?

    Necesito orientación…

    Gracias.

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